miércoles, 26 de octubre de 2011

Los técnicos valoran hacer pequeños respiraderos en San Baudelio para evitar humedades

Heraldo de Soria, 21 de octubre:



Los trabajos de limpieza del hongo uloclaudium de las pinturas murales ya han comenzado

Los trabajos de restauración y limpieza para eliminar el hongo uloclaudium de las pinturas murales de la ermita de San Baudelio, ya han comenzado.

El templo mozárabe permanece cerrado al público desde el pasado 5 de octubre, con el paréntesis de los fines de semana que puede visitarse, para no afectar las labores de restauración que está llevando a cabo la empresa In Situ (adjudicadas por 21.240 euros) con las pautas de la directora técnica del proyecto, Margarita González, del Instituto del Patrimonio Cultural de España.

González achacó ayer la aparición del hongo a las condiciones de temperatura y humedad registradas en los últimos meses en la ermita.

«En un momento determinado se ha producido una humedad y una temperatura alta y ha provocado que se creen unos hongos superficiales que crean unas manchas negras que al público impactan mucho».


Aunque están a la espera de recibir el informe del arquitecto, filtraciones, «aparentemente no hay», especificó González quien añadió que el segundo mes de trabajo «se centra en reuniones técnicas para ver qué tipo de soluciones existen y para aumentar la ventilación». Entre ellas, avanzó, se valora «cambiar la puerta de entrada o incluso valorar si es factible hacer pequeños respiraderos en la bóveda».

El último monumento mozárabe de Soria.

La ermita mozárabe de San Baudelio fue declarada Monumento Nacional en 1917. Según información facilitada por la Subdelegación de Gobierno, su construcción está datada en los albores del año 1000. Aunque predominaban ya las construcciones románicas en otros puntos de la península ibérica, las características propias del románico no llegaron a los edificios sorianos hasta casi el siglo XII. A pesar de ello, la ermita de San Baudelio es el último monumento mozárabe de la provincia que ha llegado hasta nuestros días.

Probablemente provenga de la existencia de una cueva eremítica de origen visigodo en las cercanías de un manantial. Fue dedicada a San Baudelio, mártir de Nîmes, en el s. IV. En época visigoda las reliquias del santo llegaron a Toledo. Después de la llegada de los musulmanes, muchas de estas reliquias se llevaron a distintas partes de la Península. La iglesia de San Baudelio se convertía así en una especie de Martyrium simbólico del Santo y relicario de sus restos, situados, tal vez, sobre el esbelto machón central en forma de palmera.

A pesar de ello, pudo ser en origen, más que una iglesia, un fortín o torre centinela que sirviera de vigía en este lugar de luchas interminables y de peligros constantes que fue la actual Soria y, por ende, Berlanga en el s. XI. Por eso, aparte de dos pequeñas ventanas abocinadas, solamente la puerta de doble arco califal da iluminación al recinto.

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