33 años después

A finales de junio de 1979 las obras de pavimentación de la Plaza Mayor de Berlanga pusieron al descubierto un pasillo abovedado con un arco de ladrillo. No obstante lo mas llamativo de todo fue ver que el vano estaba cegado por completo de huesos humanos.
Este hallazgo fue comunicado a la Delegación Provincial de Cultura que paralizó la obra y envió a dos arqueólogos para que documentaran el hallazgo. Sin embargo las dificultades técnicas con las que se encontraron impidieron que se llegara a conclusiones exactas en cuanto a la cronología o función de la construcción. 

Los periódicos del momento informaron del acontecimiento:

Pues bien este fin de semana, después de 33 años cerrada, se ha abierto la trampilla para observar el estado de la estructura. Viendo que su estado es bueno se está preparado un proyecto, por parte de dos historiadores, para estudiar la estructura. Esperemos que se consiga la financiación y los permisos para que llegue a buen puerto.
Desde aquí dar las gracias a todos lo que han ayudardo estos días y apoyaron la iniciativa.