La Diócesis de Osma-Soria aportará tres piezas a la exposición ‘Monacatus’ de Las Edades del Hombre
que en esta edición se celebra en el Monasterio de San Salvador en Oña
(Burgos) y que inaugurará la reina Sofía el martes 22 de mayo, según
informaron la Fundación de Las Edades del Hombre y la Vicaría Episcopal
de Patrimonio de la Diócesis oxomense-soriana.
Se trata de una talla de Santo Domingo de Silos, de Berlanga de
Duero, un báculo pastoral de Medinaceli, y otro de San Martín de
Finojosa procedente del Monasterio cisterciense de Santa María de
Huerta.
El autor de la talla de Santo Domingo de Silos es posiblemente Pedro
de Cicarte. A falta de documentación, el análisis estilístico revela
afinidades con las obras de este arquitecto, ensamblador y escultor.
En madera policromada, data de comienzos del siglo XVII. Con unas
dimensiones de 103x38x30 centímetros, procede de la Colegiata de Santa
María del Mercado, de Berlanga de Duero. Uno de los tres retablos
situados en el trascoro de la Colegiata se encuentra presidido por esta
escultura.
Santo Domingo de Silos fue una de las figuras más populares en el
santoral medieval español. Nacido en torno al año 1000, después de ser
pastor y ermitaño ingresó en el monasterio de San Millán de la Cogolla
de la orden benedictina hacia el 1025. Pronto destacó por su caridad y
prudencia, recibiendo el encargo de restaurar el ruinoso priorato de
Santa María de Cañas, donde demostró su habilidad en la administración.
Cumplida la misión, regresó a San Millán, de donde, siendo prior, fue
expulsado al negarse a entregar al rey García de Nájera los beneficios
del monasterio. Acogido en Castilla, el rey Fernando I y el obispo de
Burgos le confiaron la reconstrucción del antiguo monasterio de San
Sebastián en Silos, donde murió en el año 1073.
La fama de santidad y los milagros obrados ante su tumba convirtieron
este cenobio en un importante centro de peregrinación que cambió su
antiguo nombre por el de su reformador. Desde allí irradió su culto a
toda Castilla, dedicándosele numerosas cofradías.
Báculo pastoral de Medinaceli
El Báculo pastoral de Medinaceli, de autor anónimo, se fabricó en
bronce seguramente entre los siglos V y VII. Mide 17x7,2 centímetros.
Aunque se encuentra en la Colegiata de Santa María de Medinaceli,
posiblemente proceda de Toledo.
Las primeras referencias de las que hay constancia de este báculo
corresponden al Dr. de Contreras, quien en 1754 daba a conocer una serie
de hallazgos detectados al exhumar en 1581 los Cuerpos Santos de
Medinaceli: “Cabose máss adelante hacia la pared del muro, y adarve, que
por aquella parte cerca la Villa, donde la Capilla se acaba,…, y la
Ayjada, o Vara de un Báculo Pastoral, al parecer de metal, y asidos en
el dos Anillos de plata”. Las reliquias se encuentran en un Relicario en
la Colegiata de la citada localidad.
En Hispania, estos báculos se usaban desde el siglo VII, pero su
origen se remonta a los primeros momentos de la Iglesia. Teniendo en
cuenta el resto de los materiales detectados, se trataría de una obra en
torno a la data de los vidrios, siglos IV-VI. Por todo ello, y con
ciertas reservas, se sitúa este báculo en momentos anteriores al siglo
IX.
Báculo de San Martín de Hinojosa
El Báculo de San Martín de Hinojosa, del Monasterio cisterciense de
Santa María de Huerta y realizado en cobre sobredorado con cabujones, de
40X19 centímetros, también posee autoría anónima, aunque se aprecia una
influencia lemosina.
San Martín de Finojosa, a quien se atribuye la propiedad de este
báculo, fue abad de 1166 a 1185 y obispo de 1186 a 1192, Murió en 1213.
Estas fechas pueden ser claves para establecer la época de realización
del Báculo, que se ha establecido a lo largo del siglo XIII.
La estructura de su cuerpo consta de caña, nudo y voluta. La caña es
de forma hexagonal y su decoración se presenta en dos cuerpos con
figuras grabadas que representan a los apóstoles. Algunos de ellos
portan en sus manos un libro. El nudo, en forma de esfera, está
compuesto por dos pequeños cuerpos con una decoración en cuyo interior
alternan cabezas mitradas, en actitud frontal, y un ornamento de hojas
en forma rómbica.
El tema central de la voluta es la ‘Anunciación’, la cual finaliza en
una cabeza de serpiente o de dragón. En la escena principal el ángel
porta en su mano izquierda una filacteria indicando con la derecha la
presencia de la ‘Paloma’, que mira a la Virgen.
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